lunes, 9 de julio de 2018

Música en Familia, la preciosa historia de Juani e Irene



“Durante mi embarazo, notaba cómo el feto se balanceaba en función de la canción que sonara


Juani Pérez empezó a acudir a sesiones de musicoterapia durante la gestación de su hija Irene.

Con apenas dos años, Irene lleva casi tres acudiendo, regularmente, a nuestras clases con María Victoria Fernández. Puede parecer incongruente, pero no lo es. Juani Pérez, su orgullosa mamá, descubrió la importancia de la música cuando aún estaba embarazada, y comenzó a ir a sus sesiones con nuestra musicoterapeuta. “Se trataban de clases para estimular al bebé por nacer, y la experiencia fue muy buena. Yo me relajaba y notaba la misma respuesta por parte del embrión, que parecía balancearse en función de la canción que sonara”, cuenta con asombro. El vínculo entre madre e hija se empezó a fortalecer desde antes del nacimiento, del mismo modo que Irene empezaba a desarrollar una pasión por la música que ha resultado ser innata.





“Mi hija tiene solo dos años, por lo que le cuesta enlazar frases aún, pero tararea las canciones que aprendemos en los talleres de Música en Familia, mejorando su expresión oral y despertando su interés por los instrumentos”, explica Juani. “Irene come con la música, duerme con ella y se tranquiliza escuchándola. Forma un papel esencial en su vida”.

Con respecto a las clases en el CENMA, Juani Pérez admite que “son muy divertidas. Cuando llegas, te presentas y haces una canción diciendo los nombres de todos los niños, que tocan instrumentos o bailan. También los mecemos con una lona al son de la música, y hacemos actividades distintas en función del día. Es muy ameno y sirve para introducir a los pequeños en este mundo. Creo que funciona, porque mi hija se para en cuanto ve a algún músico callejero, le aplaude o baila. ¡Incluso ha aprendido a tararear el ‘O sole mío’!”, desvela.

La conclusión de madre e hija es clara: “Ha sido una suerte conocer a María Victoria. Es muy dulce y una gran profesional, que llega a calar en los niños. No sabemos hasta dónde llegará la pasión de mi hija por la música, pero será, en parte, gracias a ella, por despertarle ese interés desde un primer momento. Recomiendo el Centro de Musicoterapia a todo el mundo”. La música es nuestro primer lenguaje y por eso sirve para conectarnos y desarrollar el apego desde el principio, incluso desde antes de nacer. Irene es el mejor ejemplo de ello.

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